La carretera Peñón-Texcoco conduce a la entrada de las oficinas que administran los terrenos federales del lago de Texcoco. Un guarda se ubica tras unas rejas azules; tras las rejas hay un edificio de una sola planta, amplio, expandiéndose horizontalmente por el terreno a través de enormes espacios interiores vacíos. El Centro Mexicano de Capacitación en Agua y Saneamiento, que es el nombre que recibe este edificio, es también en cierto sentido el corazón de los terrenos federales del lago: su corazón administrativo, su corazón político y el único lugar legítimamente ocupado por los humanos. En su interior se une un grupo de personas que difiere radicalmente de los demás grupos que ocupan las zonas colindantes al oriente de este territorio: los habitantes de los ejidos se separan del denso tejido urbanizado de la Ciudad de México por los terrenos del lago de Texcoco. […]
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