Existe una colección de materiales cuidadosamente seleccionados, reunidos en diferentes sitios del antiguo lago de Texcoco. En medio de las ruinas de múltiples proyectos gubernamentales abandonados durante los últimos cuarenta años en los terrenos lacustres encontramos todo tipo de objetos: pilas de escombros, cimientos de edificaciones, ruinas disgregadas de casas derrumbadas, restos de paredes quizás pertenecientes a una bodega sin techar, pozos secos llenos de basura, cercas desvencijadas de un corral vacío, herramientas oxidadas en desuso, pilares viniéndose abajo, avisos ilegibles, objetos ocultos entre el pasto, documentos con esquinas rotas manchadas por el sol.
Estos y otros materiales fueron hallados en medio de una serie de excavaciones en las cuales se removieron sal y restos de tierra adheridos a sus superficies, hasta que dichas superficies empezaron a hacerse reconocibles en sus diferencias: de su aspecto inicial de masas sólidas de escombros emergió poco a poco un espectro amplio de consistencias y texturas: algunos materiales antiguos que han servido de sustrato al lago desaparecido de Texcoco, junto a ciertos muros levantados en intentos sucesivos de recuperación de su cuenca; materiales efímeros indicando el breve paso de la vida humana —la basura, los despojos animales y vegetales— junto a estructuras debilitadas de construcciones más recientes. [...]