Entre 2012 y 2013 pasé largas jornadas trabajando en un proyecto dentro del Cementerio Central de Bogotá. Este cementerio se construyó a finales del siglo XIX como un sistema compuesto de tres predios contiguos en el barrio Santa Fe, justo en el corazón de la ciudad. Durante la primera alcaldía de Enrique Peñalosa, que coincidió con el último cambio de siglo, una de las tres parcelas fue readjudicada para ser convertida en un parque, como parte de un plan de activación del espacio público. La estrategia de este plan consistía en generar amplias explanadas de concreto que cubrieran todo el terreno salvo uno o dos árboles y alguna icónica escultura moderna. Lo llamaron “Parque El Renacimiento”, aunque contrario a su nombre, bajo este nuevo parque siempre yacerán los cimientos de un antiguo cementerio, el cual se formó como sitio transicional entre los entierros informales y la parcelación ordenada de las tumbas; así, este sitio guarda otros muertos más viejos bajo los cimientos de los mausoleos demolidos. […]
Tierra
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