Ataque aviar

Muchos aeropuertos del mundo se ubican a la orilla del mar, donde las gaviotas y otras aves acuáticas son habitantes regulares. En estos hábitats marinos las aves tienen que retraerse frente a los aviones, siendo imposible la coexistencia de unos y otros: aunque las criaturas aéreas, tanto biológicas como aeronáuticas, se desplacen por un espacio amplio, despejado y que pareciera no tener límites ni estar subordinado a los mismos procesos de coartación a los que se somete la tierra, se hace necesaria una demarcación (unilateral) del espacio del aire. El nombre técnico que se le da al posible caos generado por el encuentro entre un avión y, por ejemplo, una bandada de patos en migración, es “ataque aviar”. En estos “ataques” un grupo de pájaros volando a 100 km/h choca con un avión volando a 900 km/h. Si un ave tan grande como una gaviota, un pelícano o un pato se atora accidentalmente en una turbina como resultado del choque, el avión puede venirse abajo y precipitarse sobre la tierra o sobre el mar. […]