Aplanado

Cuando se inicia el proceso de construcción en un terreno irregular que contenga sumideros, elevaciones o simples desniveles entre un punto y otro, es necesario llevar a cabo un proceso previo de aplanado y nivelación del suelo que implica a menudo traer material foráneo desmenuzado en pedazos lo suficientemente pequeños como para cubrir los huecos de manera homogénea. Tras el decreto de constitución de los terrenos federales del lago de Texcoco en 1971, cientos de hectáreas con las características del fondo fangoso de un antiguo lago quedaron despejadas y baldías, dando lugar a impulsos inmediatos desplegando en ellas todo tipo de proyectos de infraestructura o desarrollo inmobiliario y turístico: en los archivos de la Conagua, cubiertos de polvo y ácaros, yacen los ejemplares escritos a máquina de proyectos de desarrollo para el lago de Texcoco que fueron propuestos al poco tiempo de ser constituido el nuevo territorio. Los terrenos, que al desecarse el lago quedaron convertidos en hojas de papel arrugadas y estiradas nuevamente, debían ser aplanados, incluso si no estaban aún adjudicados a algún proyecto concreto. La sola posibilidad en bruto que ofrece la tierra baldía invita a sus ocupantes a domesticarla, homogeneizarla y volverla disponible: pura posibilidad, puro futuro. []